sábado, 18 de octubre de 2014

Conectar, congeniar, hacer buenas migas...

A veces sucede que conectas con la gente sin apenas hablar, con una mirada, un gesto, una simple sonrisa…No sé, es una sensación extraña pero tan maravillosa.

Sobre todo sucede si no sucumbimos a esos malditos prejuicios que parece que llevamos guardados en algún bolsillo.
Siempre me entrego a las personas, sin saber, sin preguntar, sin cuestionar su pasado y sin esperar a que a estas personas les suceda lo mismo. No toda la gente te brinda la oportunidad de conocerte, simplemente te juzga por su primera impresión o por lo que les han hablado de ti.
Soy una persona muy tímida, y a veces me hace parecer antipática, lo tengo asumido y más viviendo en un lugar pequeño en el que pesa más tu origen que tu valor como persona. Me refiero a que no eres Abril, si no la forastera que ha llegado de la gran ciudad, “-Miradla que estirada es”. Realmente no hacen por conocerte, pero sí que hacen por criticarte. ¡Qué ironía!.
Es extraño de explicar, esa sensación cuando conoces a alguien y “suena love is in the air”, pero no es que te hayas enamorado en el sentido romántico sino que la energía fluye, el tiempo se detiene y te sientes bien.
Y conectas y luego congenias y sin contaros mucho lo sabéis todo.Y otro día descubres que compartes muchas cosas en común y al siguiente sabes que "hacéis buenas migas".
Y no significa que os pongáis a cocinar unas “migas”, que tampoco sería mala idea, sino a ese significado que conlleva la expresión, a esa buena conexión y concordia que había entre los pastores trashumantes que juntos preparaban este plato después de un arduo camino y un duro trabajo.

Así es, conectáis en este camino tan farragoso que es la vida, y preparáis ese plato de conversaciones, confidencias, anécdotas y lo hacéis sin prejuicios.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios le dan vida al blog, así que ya sabes, cuando te apetezca puedes comentar :)