Ayer terminó Agosto, fue un día
productivo y extraño. Por la mañana hice ejercicio en buena compañía, tiempo
atrás hubiese sido impensable para mí porque seguro que me hubiese sentido
incómoda. El carácter y la valía de la persona que te enseña hace mucho también…bueno
y la paciencia ;)
También sé que he de seguir
sola el camino, aunque en el fondo me cueste. Mi relación con el deporte y el
ejercicio físico ha sido variopinta, siempre lo he intentado.
Lo intenté con el básquet, pero
complexión física y demás…me pasaba los partidos en el banquillo.
Si hablamos del fútbol, he de
decir que me gustaba, e insistía a mis compañeros del cole en jugar con ellos,
aunque fuese de portera. Pero al final en esos días de insistir me dieron un
balonazo en toda la cara con el balón de reglamento y acabé con la nariz
sangrando. Y ahí terminó todo.
En velocidad era buena, 60, 80,
100, 400m, recuerdo un día en los 400m que adelanté a un compañero y finalmente
quedé tercera. Bueno, pues luego me llevé un rapapolvo por parte del compañero
en cuestión. Recuerdo sus palabras - ¿por qué me has adelantado?- dijo él. Y unas
cuántas cosas más…mejor lo dejo ahí.
El ciclismo me encantaba, el
verano de mis 15 años hice voluntariado ecológico y nos pasamos 3 meses con la
bici de aquí para allá. Íbamos en parejas, Edgar era mi compañero de aventuras.
Mi afición por el ciclismo vino
un poco por mi padre y un novio ciclista que tuve. Seguía el Tour, El Giro, La
vuelta a España y súper fan de Pedro Delgado y Miguel Induráin. Era un poco grupee
en ese aspecto y llegué a saltar vallas
y esas cosas para hacerme fotos.
Mi padre solía salir con la
bicicleta y probablemente si me hubiese llevado con él hoy en día me mantendría
en este deporte. Hace tantos años que no me subo a una bicicleta…
En el Instituto tuve una profe
muy maja de gimnasia que aunque cuando dábamos vueltas al patio nos decía “que éramos
más caldosas que el Avecrem”, reconozco que yo no tenía mucho
brío corriendo, luego en la parte positiva cuando lo hacías bien te animaba
mucho. Recuerdo que me decía: - Mira, mira, ven y verás que tiempo has hecho,
no te lo creerás, muy bien, muy bien.
Poca gente sabe que practiqué
Rugby, mi adolescencia fue bastante productiva. A los 16 años a una amiga y a
mí nos empezó a interesar el Rugby. Nos íbamos en bici a la playa y un día de
casualidad vimos que estaban entrenando y nos acercamos a ver y al final
terminamos jugando, incluso diría que fui más veces titular que mi época del
básquet.
Y en la época de la Universidad
nos dio por el aerobic, a parte de los jueves en Caribbeans y el ritmo vuelta.
Eso sería un capítulo aparte.
La tarde de ayer siguió siendo
productiva, me fui a donar sangre y en el camino me encontré a una conocida, que
le tengo mucho mucho cariño; la mujer se me puso a llorar y le propuse que nos
tomásemos un granizado de limón y hablásemos un poco. Me dieron ganas de llorar
también pero en cierta manera debía intentar animarla y así lo hice.
Al final llegué al Centro de
Salud y lo típico que me pasa siempre la pregunta del millón:- ¿de quién eres? -
¡¡Oh, qué pesadez!!
El cuestionario es rápido y
sencillo; las preguntas del médico también. He de reconocer que dudé en el
peso, gramo arriba, gramo abajo y el médico pensó que me ponía peso, jajaja y
no que me quitaba. Y ya al llegar a la altura me reí y le dije: - venga va, ponme
1,61.
En un visto y no visto había
terminado y estaba ahí tan ricamente tomándome mi trina de naranja, feliz como
una perdiz. Ya es mi sexta donación.
Y colorín colorado me voy a
repasar mi oral de inglés.
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